Agua

Agua y Vida: El Impacto del Agua en Nuestra Salud 

El agua en tiempos de crisis ambiental 

Aunque no soy un experto en ecología, como médico entiendo el enorme impacto que tiene la deshidratación en nuestro cuerpo y su funcionamiento. Muchas enfermedades están relacionadas con la falta de hidratación celular, como el cáncer, problemas en la salud femenina, disfunciones ováricas, hipertensión arterial, acidosis metabólica, vértigo, entre muchas otras.

A lo largo de mi experiencia con mis lectores, he promovido tres pilares fundamentales para el bienestar: Nutrición, Meditación y Movimiento. Sin embargo, hay otro aspecto esencial que no debemos olvidar: la hidratación. Mantenerse bien hidratado es clave para lograr un equilibrio físico y mental.

Cuando nuestro cuerpo está sano y bien hidratado, se convierte en un entorno menos favorable para los virus, lo que dificulta su reproducción. Beber agua con regularidad ayuda a reducir los síntomas en caso de contraer una infección.

El agua es esencial para la vida

Podemos pasar algún tiempo sin comer, pero no sin beber agua. Es fundamental.

En cuanto a la responsabilidad social, como médicos, debemos concienciar a nuestros pacientes sobre la importancia de no desperdiciar agua. Desde acciones tan simples como controlar el tiempo que pasamos en la ducha o la cantidad de agua que usamos al cocinar y cepillarnos los dientes, cada gota cuenta. Hemos fallado en cuidar nuestro planeta, y como consecuencia, hemos alterado el equilibrio natural. Sembrar al menos un árbol es un acto simple pero poderoso para devolverle algo a la tierra que habitamos.

La deforestación es una de las principales causas de la sequía. Los expertos predicen que, si no cambiamos nuestros hábitos y comenzamos a reforestar, enfrentaremos una crisis de agua. Sin agua, no hay vida, y sin vida, no hay salud.

Cambiar nuestros hábitos

 Debemos modificar nuestros hábitos de consumo. Reducir el consumo de carnes rojas y optar por una dieta rica en frutas y verduras con alto contenido de agua puede ayudarnos a combatir la deshidratación de nuestras células y nuestra piel.

La erosión del suelo no solo provoca sequías; cuando llega la temporada de lluvias, la falta de vegetación permite que el agua arrase con todo a su paso, ya que el suelo no tiene la capacidad de absorberla. Esto es consecuencia de una tierra maltratada, sin nutrientes ni cobertura vegetal. El reciente brote de coronavirus también fue el resultado de la alteración del equilibrio de los ecosistemas: al dañar el medio ambiente, los virus pierden sus hospedadores naturales y saltan a otros animales, incluidos los humanos. En momentos de escasez y de abundancia, enfrentamos problemas. La clave es buscar un equilibrio natural.

La deshidratación se refleja en nuestra piel

Si experimentas síntomas como sed constante, cansancio, falta de energía, somnolencia, disminución del deseo sexual o dolores de cabeza inexplicables, es hora de revisar tu nivel de hidratación y antioxidantes. La deshidratación puede hacernos sentir tristes, deprimidos y sin fuerza física.

Para tener la energía necesaria para afrontar la vida, necesitamos estar bien hidratados, con los nutrientes y oligoelementos adecuados, y contar con un buen nivel de antioxidantes.

Nacemos en un entorno acuoso, el vientre materno, y a lo largo de nuestra vida vamos envejeciendo en un proceso de deshidratación.

La conclusión es clara: si nos deshidratamos constantemente, envejecemos de manera menos saludable. Podemos envejecer, pero de forma adecuada, y así seremos menos vulnerables a las infecciones.

“Medita, nútrete y muévete” son los principios clave para una vida equilibrada. Y si lo hacemos con un cuerpo bien hidratado, estaremos menos intoxicados y más preparados para enfrentar lo que ven