A mis estudiantes de medicina

A mis queridos, hijos, mis estudiantes de medicina.

A mi edad y tantos años de ejercicio profesional, lo que me faltan aun, me ha enseñado muchísimo. HOY tengo un nuevo aprendizaje como docente el cual lo estoy asumiendo con ganas, valor y humildad. Me toca  preguntar tonterías, que para otros, son cosas del día a día como es la tecnología. Pero voy a aprender.

Recién terminada mi carrera de medicina hace 38 años, tuve que trabajar muchísimas veces gratis por no tener una plaza de trabajo; nunca me amilané.
Fué la época  que mas leí y leí de todo.
A pesar de tener padre médico y ginecólogo, tuve que mandar mas de 400 cartas a diferentes hospitales para buscar donde hacer mi especialidad. La gente puede creer que la he tenido fácil, pero he pasado por muchas vicisitudes y las he superado con el apoyo de mi familia.

Hoy el mundo vive una situación de excepción que nadie sabe como va a terminar. He leído muchas historias en mi vida y esto que está pasando con el coronavirus  tiene un componente diferente a todas las anteriores, inclusive la reciente del 2002: somos una hiperpoblacion de casi 8 billones de personas hipercomunicados y que viajan de un lado para otros enormes distancias en pocas horas, cuando antes se tomaban meses y las epidemias llegaban a paso de “mulas”.

Chicos, de corazón, la mente ociosa es mala consejera. Aprovechen estos días para adquirir el habito de leer y estudiar como nunca, cuando tengan mi edad lo van a gradecer. Es tiempo de luchar para ser mejores estudiantes y así serán mejores médicos y porque no: mejores profesores que nosotros.

Animo, es tiempo de sacar la casta que cada uno tiene.

Es la mejor forma de lograr recuperar el liderazgo que nunca debimos haber perdido los médicos

Sigan adelante, hacía  atrás solo para corregir y volver a andar. Necesitamos dos cosas físicas:  mitocondrias y neuronas; y dos espirituales: actitud y voluntad.

Con afectuosísimo cariño,

Junior