Ruido ensordecedor, enmudecedor y enloquecedor
Para un ruido enloquecedor no se necesita de un psiquiatra, sino simplemente sentido común y respeto por nuestra salud. Los médicos sabemos la capacidad que tiene el ruido de generar intranquilidad y perdida del ciclo circadiano del ser humano, lo cual conlleva a una desestabilización total del organismo.
¿Qué significa perder el ciclo circadiano?
Significa perder el ciclo de la mente, cuerpo y espíritu durante el día y la noche, lo cual conlleva a sufrir trastornos en la alimentación, trayendo como consecuencia el subir de peso y alterar el “humor”. El ruido termina siendo un gran generador de violencia ya que detona la pasiones. Es increíble la pitadera de los vehículos , el ladrido de los perros del vecino a horas inusuales, la música a volúmenes elevado y así la gritería en general.
¡El ruido engorda!
Comenzamos a tener brotes “psicóticos” que generan violencia, el ruido altera la articulación de los huesecillos del oído medio y la irrigación del mismo, por tanto ensordece. Debido a esto la articulación fonética y laríngea se perjudica, ya que tenemos que hablar más alto y los movimientos respiratorios se alteran como consecuencia de la gritería, resultado: disfonía y tumoraciones de las cuerdas vocales.
Está demostrado que el ruido altera el microbioma intestinal, es señal clara que estimula a la obesidad. * Ademas todos los marcadores de la obesidad están alterados y el más significativo es el de la obesidad central, donde la cintura es un reservorio de grasa mala y riesgos para enfermedades coronarias.
El ruido es un desastre
La persona que duerme y come bien, vive y trabaja mejor, la socialización con un tono de voz adecuado genera paz y tranquilidad. Una sociedad que vive sin ruidos crece bien y su bienestar humano se enriquece en comunidades afectivamente estables. Los jovenes (Teenagers**) padecen por el ruido descomunal una tendencia a obesidad y celulitis adipocitica.
Bibliografia
*Sze MA, Schloss RF. looking for a signal in the noise: revisting obesity and the microbiome. MBio January 1. 2016;7(4)
** Trovato G, Brischetto D, Martines GF. Teens’ obesity, noise and sleep deprivation: a perverse liaison. Let’s move beyond “movida. Obesity (Silver Spring) – May 1, 2014; 22 (5); 1209
Pyko A, Eriksson C, Oftedal B, Hilding A, Östenson CG, Krog NH, Julin B, Aasvang GM, Pershagen G . Exposure to traffic noise and markers of obesity. – Occup Environ Med – August 1, 2015; 72 (8); 594-601
En los siguientes dos enlaces pueden ver los estragos del ruido.
Video del daño que produce el ruido