La visita anual, por mucho que lo repitamos, es importante. Se puede escoger el mes a realizarlo, no necesariamente tiene que ser en enero, febrero y así sucesivamente.
La rutina no quiere decir que, en ese periodo, si se presenta algo se tenga que esperar el año; una vez haya un síntoma poco común, debe consultarse inmediatamente.
Los síntomas más comunes son: Dolor pélvico, irregularidad del ciclo menstrual, la secreción genital. Es importante el asesoramiento de la planificación familiar, estar alerta en los síntomas propios de la menopausia, de igual manera la prevención del cáncer ginecológico. La idoneidad en cómo debe ser guiada la salud de la mujer, dependiendo de la edad de ella, es fundamental para lograr el objetivo y disminuir las incidencias de enfermedades prevenibles.
Dolor pélvico:
Su inicio, sus características y la asociación con otros síntomas nos permite delimitar si es un dolor asociado a un embarazo, al colon, a infecciones urinarias o a lesiones propias del útero.
La irregularidad menstrual:
Tal vez sea una gran ventaja la de la mujer con respecto al hombre; ya que tener o no un ciclo regular nos hacen develar enfermedades que a tiempo permiten corregir y que no se vuelvan crónicas e intratables. El caso más impactante es la infertilidad, endometriosis, adherencia pélvica, miomatosis, adenomiosis, EPI y muchas más.
Menopausia:
Es claro que la mujer puede y debe vivir con una mejor calidad de vida en este periodo de su existencia, sabiendo que puede llegar a ser más de la mitad de su vida. Prevenir con tiempo enfermedades tromboembólicas, cardiacas, óseas, urogenitales, emocionales y síntomas como oleadas de calor, debe ser el objetivo de todo ginecólogo.
Tamización:
El cáncer de seno, útero, cuello uterino y ovario es el reto permanente de nosotros los médicos. Hoy contamos con muchas ayudas y consensos de las organizaciones científicas que permiten generar un mejor pronóstico en la prevención del cáncer en la mujer. Tener el autoexamen, la mamografía y algunos marcadores de tumores de las mamas.
La tipificación viral del cuello uterino y la colposcopia más la citología previene con tiempo el cáncer uterino; mejor aún, nos da tiempo para trabajar sin angustias.
Aun el ovario sigue siendo el “coco” de los ginecólogos. Una ecografía vaginal anual después de los 45 años es importante registrarla en la historia clínica. Ya para el endometrio tenemos aproximaciones y protocolos que nos permiten con tiempo tomar decisiones a tiempo.
Planificación familiar:
Hoy en día un embarazo no planeado e inesperado, si tenemos la consulta preconcepcional, no debería presentarse. El acceso a mínimo una consulta anual y conocer todos los métodos para prevenir un embarazo es obligatorio. Tanto del estado como de la persona en sí misma.
Sigue vigente el lema: “Prevenir es mejor que curar”.