Infeccion Urinaria de la Mujer 2

Continuando con la Infección de Vías Urinarias Pasamos al Diagnóstico, Tratamiento y Recomendaciones.

DIAGNOSTICO

Existen otras consideraciones que alargarían estas reflexiones, pero son muy importantes. Pasemos al diagnóstico, una vez se tiene una buena historia clínica se practican exámenes específicos de sangre y orina.

Es obvio pensar que para llegar a un buen diagnóstico hemos insistido y seguiremos insistiendo como dijimos en la primera entrega: La historia clínica y dejar que el paciente exprese sus síntomas libremente. Una vez tenemos la sospecha con un buen examen físico, utilizamos los laboratorios y paraclínico.

Individualizar cada caso es la primera regla de oro. A pesar que se parece un caso con el otro, todos son diferentes aun en la misma persona si le llega a repetir; esta enfermedad mal curada o si no mejoramos el terreno personal, tiende a la recaída.

Se solicitan marcadores inflamatorios sanguíneos: Hemograma, PCR y VSG. Los cuales nos dan una luz  del tiempo de la enfermedad confirmando nuestra apreciación y pensamiento clínico, y la perfecta toma de la muestra urinaria. Aquí debemos vigilar la incapacidad de la persona, si es menor o muy mayor; si tiene o no el periodo. En líneas generales, en caso de urgencia no importa la hora, se debe tomar la primera muestra de orina a la mitad del chorro de la misma lo más aséptica posible.

Una vez determinado clínica y por laboratorio si tenemos una infección urinaria; establecemos la severidad y por supuesto, el tratamiento.

El tratamiento debe ir acompañado con mejorar las condiciones generales de la persona. La paciente si tiene infección urinaria severa (Pielonefritis) y concomitantemente otra patología asociada y/o embarazo, debe ser hospitalizada para tratamiento.

En los casos moderados y leves puede ser manejada ambulatoriamente. Existen situaciones de infecciones urinarias comunitarias y el Estado debe vigilar dicha situación para tratar de disminuir los casos nuevos.

Como medida general, hidratación del paciente, mejorar las condiciones nutricionales, establecer el estado del mismo, dado que una persona mal nutrida tiene problemas de defensas y genera síndrome inflamatorio sistémico. Obesidad, bajo peso y aumento de la grasa corporal, son factores que aumentan la morbilidad.

En los casos de cistitis no complicadas existen esquemas protocolizados en una primera infección sin necesidad de tanto examen, siendo lo ideal en todos los casos aislar el germen causante. Por supuesto la automedicación o la falta de orientación por parte del médico son de las razones del incremento de la recaída o recidiva de esta enfermedad.

Es importante en los casos complicados o moderadamente intensos comenzar el tratamiento “empírico” sin esperar el resultado, sabiendo los médicos por epidemiologia cual es el germen imperante en la comunidad.  Antiguamente había que esperar más de 3 días, hoy en día algunos laboratorios en menos de 2 días ya pueden reportar el germen o microorganismo causante y su sensibilidad o resistencia a los diferentes fármacos que se utilizan.

Una vez establecido el tratamiento, hay que tener un seguimiento de la enfermedad y cura. Control periódico y al final del tratamiento repetir las pruebas más relevantes.

RECOMENDACIONES 

La primera y más importante es evitar las recaídas. Esta enfermedad roba mucha energía a la paciente, genera un decaimiento y malestar permanente. Trae incapacidades laborales y familiares, además de problemas para las relaciones sexuales. En el embarazo son factores de amenaza de trabajo de parto prematuro, prematurez e infección perinatal.

Existe evidencia suficiente para mandar profilácticamente por tiempo prolongado arándano, y en lo posible evitar la anemia que está muy asociado.

Fundamental mantener las células hidratadas. Se sugiere, lejos de las comidas, tomar frecuentemente agua sana.

Una vida íntima lo más satisfactoria y ordenada posible, dado que las enfermedades de transmisión sexual tienen una gran importancia en exacerbar  los síntomas y el malestar,  más las complicaciones.

Por último, sin poder agotar el tema en solo dos entregas, los hábitos intestinales: Ni la diarrea ni el estreñimiento son buenos. Intentar una ida al baño y evacuar satisfactoriamente los intestinos disminuye ostensiblemente la aparición de infecciones urinarias y otros males.

 

Infeccion Urinaria tercera parte actualizacion